mas info

Maestría en Salud y PNIE lleva prácticas a la comunidad desde la Clínica Universitaria

Conversamos con la Dra. en Psicología Claudia Escudero, directora académica de la Maestría en Salud y PNIE Énfasis en Ciencias de la Salud o Psicoterapia Integrativa), sobre las prácticas supervisadas que estudiantes realizan en la Clínica Universitaria, brindando apoyo terapéutico integrativo y Talleres grupales de Biopsicoeducación o Educación en Salud abiertos a la comunidad.

En la Maestría en Salud y PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIE) de la Escuela de Postgrados de la Universidad Católica del Uruguay, el conocimiento no se queda en el aula. Se transforma en práctica, en vínculo, en salud compartida. Las Prácticas Supervisadas, que los maestrandos realizan en la Clínica Universitaria, representan un espacio de aprendizaje asistencial que vincula el recorrido académico con la realidad del ejercicio profesional. Durante diez semanas, los estudiantes acompañan procesos reales de salud y enfermedad desde un enfoque multidimensional, poniendo en acción los saberes adquiridos durante los dos años de cursado.

La Dra. Claudia Escudero, directora académica de la maestría, explica que estas prácticas permiten “atender, intervenir y acompañar a personas que consultan por temas reales, en tiempo real, en un espacio clínico que también es formativo.” Cada cohorte se organiza según el énfasis elegido: quienes provienen del área de psicología o psiquiatría desarrollan intervenciones individuales en Psicoterapia Integrativa, mientras que los profesionales de otras áreas de la salud —como nutrición, enfermería, psicopedagogía o medicina— diseñan y dictan talleres grupales en Biopsicoeducación o Educación en Salud. Ambas modalidades tienen lugar en la Clínica Universitaria, donde se recibe a los consultantes desde el inicio del proceso. La primera semana se realiza una entrevista de admisión y derivación según el motivo de consulta, para luego dar paso a las sesiones y/o talleres, acompañados de forma continua por docentes supervisores.

El abordaje PNIE que sustenta la maestría integra los sistemas psicológico, neurológico, inmunológico y endocrino en una visión holística de la salud. Esta perspectiva rompe con la dicotomía mente-cuerpo y propone comprender la enfermedad como una respuesta desadaptativa ante situaciones que superan la capacidad de adaptación biológica y psicológica de la persona. “El estrés, por ejemplo, es una respuesta adaptativa. Pero si se prolonga en el tiempo, deja de cumplir esa función y empieza a generar desregulaciones. Lo mismo ocurre con la ansiedad. Si no hay un retorno al nivel basal, aparecen síntomas físicos o emocionales que derivan en distintas afecciones,” explica Escudero.

Desde este enfoque, “la enfermedad no tiene una única causa, sino que es multicausal, por lo tanto, debe abordarse integradamente en cinco dimensiones”. Estas son: la dimensión biológica (que contempla conductas basales como sueño, alimentación, eliminación, ejercicio y relajación), la dimensión cognitiva (impacto de pensamientos y creencias), la dimensión psicoemocional (vínculos, afectividad y personalidad), la dimensión socioecológica (entorno físico-ambiental y sociocultural) y la dimensión espiritual (sentido de vida, motivaciones y valores). “A veces el sedentarismo, la falta de sueño o una alimentación poco nutritiva pueden ser causas que desencadenen enfermedad. Por eso trabajamos tanto la cantidad como la calidad de esas funciones y su cronobiología,” puntualiza.

Uno de los dispositivos centrales de estas prácticas es la Clínica del Estrés, un servicio abierto a la comunidad que ofrece apoyo psicológico individual y talleres de Biopsicoeducación para el manejo del estrés, la ansiedad o la depresión. “Entendemos el estrés como una insatisfacción de necesidades en cualquier área de la persona. Por eso abordamos síntomas físicos, emocionales y sociales desde una perspectiva integradora.” Las intervenciones individuales constan de nueve sesiones donde se realiza un diagnóstico, se diseña una estrategia terapéutica personalizada y se acompaña el proceso en encuentros semanales. Los talleres grupales, en tanto, se centran en temas como nutrición funcional, calidad del sueño, técnicas de relajación, impacto del entorno y sentido vital.

Cada encuentro comienza y termina con una técnica de respiración consciente y se entrega a los participantes un folleto digital con herramientas prácticas para el día a día. “Hay personas que vienen con mucho estrés, angustia o sintiéndose solas. En cada taller buscamos que se lleven algo útil para su vida cotidiana. El bienestar no es solo un ideal, es una experiencia que puede cultivarse desde pequeñas acciones.”

La Clínica Universitaria de la UCU, donde se desarrolla esta experiencia, es un espacio docente-asistencial que brinda atención humanizada y accesible, al tiempo que forma a futuros profesionales. No persigue fines de lucro: el costo de los tratamientos cubre únicamente materiales, equipamiento y funcionamiento, permitiendo el acceso a servicios de alta calidad a bajo costo. Allí, estudiantes, docentes y consultantes conforman un entramado de cuidado, aprendizaje y transformación.

“Este programa propone un aprendizaje en acción. El maestrando da cuenta de un saber hacer que parte del aula y llega a la clínica. Trabajamos con personas reales, en situaciones reales. Eso forma, sensibiliza y transforma.”

La Maestría en Salud y PNIE es un programa presencial que contempla simulaciones clínicas, seminarios, clases magistrales y análisis de casos reales. Las Prácticas Supervisadas, desarrolladas en segundo año, son la culminación de una formación integral. “Formamos profesionales que no solo saben, sino que saben hacer. Que comprenden desde la experiencia. Que trabajan en equipo, con sensibilidad clínica y sin perder el rigor técnico.”

El impacto es visible y tangible: muchas personas que acceden a los talleres luego solicitan atención individual o recomiendan el servicio. Las demandas son diversas: ansiedad, insomnio, duelos, violencia, entre otros. En todos los casos, encuentran un espacio de escucha, contención y herramientas concretas. Por su parte, los maestrandos adquieren herramientas clínicas, desarrollan empatía y se consolidan como profesionales reflexivos. El proceso formativo que propone esta maestría no solo transmite conocimiento, sino que cultiva habilidades clínicas y humanas. Saber intervenir con sensibilidad, precisión y oportunidad también es parte del aprendizaje.

Desde la Escuela de Postgrados, esta experiencia se vive como una inversión formativa con impacto social real. En un momento donde el sistema de salud mental en Uruguay enfrenta grandes desafíos, las prácticas de la maestría representan un gesto concreto de compromiso y respuesta.

La comunidad está invitada a acercarse a la Clínica Universitaria, participar de los talleres de Biopsicoeducación o solicitar apoyo psicológico. Estos espacios están abiertos, pensados para acompañar, cuidar y brindar herramientas útiles a quienes buscan mejorar su bienestar y calidad de vida.

Noticias
2025-06-24T10:19:00