Impactas con tu liderazgo…pero aún no eres consciente de eso

Chris Lowney (EE.UU), Vice Chair en el Board of CommonSpirit Health; autor de libros sobre liderazgo, espiritualidad y toma de decisiones.

Publicación original en Aleteia

Tus palabras sencillas pueden tornarse extraordinarias por el simple hecho de presentarse en el momento preciso.

Un joven hombre, sonriente se me acercó después de una charla sobre liderazgo que yo había dado y me dijo, “Sr. Lowney, estoy muy contento de que al fin lo puedo conocer en persona y simplemente quisiera agradecerle.”

¿Mi única duda? ¡No tenía idea quién era esa persona ni por qué razón me estaba saludando! “Bueno, encantado de conocerle, pero para ser sincero, no sé por qué me está agradeciendo.”

Y esta persona me explica que después de leer uno de mis libros, dejó un mensaje en mi página web, pidiendo consejo para su carrerea.

Y yo le contesté. Algo tan simple lo sorprendió. Y lo que le haya dicho, deben haber sido las palabras correctas en el momento justo. No solo se acordaba de mi consejo, sino que cuando di una charla en un lugar que se encontraba relativamente cerca de su ciudad un par de años más tarde, se tomó el trabajo de ir, simplemente para agradecerme.

Quisiera que mi estimado lector entienda que esta no es una historia sobre mi dando consejos brillantes para la vida: he aprendido a esta altura que no tengo ningún consejo “brillante” para ofrecer. De hecho, esta historia ni siquiera es sobre mí. Es sobre ti, y sobre el “azar” o quizás si acaso eres creyente, tal vez es una historia de cómo Dios obra misteriosamente en nuestro mundo.

Ya ves, yo también he estado del otro lado de aquellas conversaciones de agradecimiento. Por ejemplo, una vez estuve en una reunión con un colega que me aconsejó que antes de embarcarnos en un nuevo proyecto en nuestra vida, deberíamos hacernos la siguiente pregunta: “Seis meses después de haber empezado con este proyecto, ¿cómo sabrás si has sido exitoso?”

A menudo, es una pregunta de fácil respuesta: Me pidieron que escribiese un informe; lo hice; me fue bien. Pero ese colega en particular se refería a aquellos proyectos más vastos e integrales que aparecen en nuestra vida privada o profesional, como empezar un nuevo trabajo, o empezar una nueva relación, o mejorar nuestra actitud.

En estos casos, el éxito nunca es tan simple como “escribir un informe”. Especialmente los primeros meses, puede resultar difícil imaginar siquiera cómo luce el “éxito”. Esto hace que sea aún más importante el tener un objetivo al que queremos llegar, una idea de lo que implica un avance exitoso, y en este sentido canalizar nuestros esfuerzos y energía de la mejor manera.

La verdad es que esta perspectiva me pareció tan valiosa que la incluí en un libro un tiempo después. Luego, unos años más tarde, me encontré con este colega que había compartido conmigo esa visión en primer lugar, y le agradecí. Me miró de manera inexpresiva y me dijo: “No recuerdo haber dicho algo así.”

Esto es lo que he aprendido a partir de anécdotas como las dos que mencioné anteriormente: Uno nunca sabe qué está pasando en la vida de otra persona, y cómo tus palabras pueden volverse extraordinarias simplemente porque son dichas en un preciso momento de la vida de otra persona. Esto fue lo que ocurrió con la visión de mi colega y con el consejo que le di a ese hombre joven sobre su carrera.

Lo que marcó la diferencia en mi interacción con ese hombre joven no fue que elegí palabras brillantes, sino que elegí responderle en primer lugar.

Uno no puede controlar las oportunidades que la vida nos presenta; solo podemos controlar nuestras propias reacciones, en este caso, a través de la voluntad de estar presentes en ese momento, de interactuar con la persona delante nuestro, y de escuchar lo que tienen para decir – en vez de, por ejemplo, dejar que tu atención se desvíe, que te distraigas por pensar con quién preferirías estar hablando o qué preferirías estar haciendo en ese momento, o qué otras tareas tienes que hacer.

Todos nos imaginamos cuánta influencia podremos llegar a tener en algún momento dado cuando la vida nos presente una oportunidad perfecta. Pero “La vida es lo que te está pasando ahora cuando estás ocupado haciendo otros planes”, como una vez dijo el ya fallecido John Lennon en una canción.

Uno nunca sabe si será este encuentro u otro que te darán la oportunidad de decir lo correcto en el momento justo en la vida de una persona. En vez de pensar en la influencia que podrías llegar a tener en el futuro, mejor enfócate en la influencia que estás teniendo el día de hoy, en esos encuentros fortuitos que se cruzan en tu camino.

Suscribirme al newsletter Business 360

Noticias
2021-10-28T13:20:00